¿Qué siente cuando se mira en el espejo?
Por qué el pensamiento positivo por sí solo a menudo no es suficiente – y qué cambia realmente cuando sentimos en lugar de solo pensar
El poder de los momentos frente al espejo
A menudo son estos momentos discretos y silenciosos:
La mirada en el espejo del baño temprano en la mañana. Un momento a solas.
Ve su rostro. Quizás incluso hable consigo mismo.
“Soy fuerte.”
“Puedo hacerlo.”
“Soy suficiente.”
Frases como estas han sido parte del repertorio del pensamiento positivo durante mucho tiempo.
Se supone que deben dar ánimo, fuerza, construir una nueva imagen de uno mismo.
Y sin embargo:
¿Qué pasa si simplemente no funcionan?
¿Qué pasa si te repites estas frases una y otra vez – y aun así te sientes vacío por dentro?
Cuando las palabras no conmueven
La verdad es incómoda:
Nuestro cerebro no reacciona a las palabras.
Reacciona a las señales.
Cuando te dices a ti mismo “Estoy seguro” –
pero tu cuerpo muestra tensión, tu respiración es superficial y tu mirada insegura –
entonces tu voz interior es ahogada por lo que sientes.
Porque lo que sientes cuenta más que lo que dices.
Una pequeña historia
Un hombre comienza a decirse frases positivas frente al espejo cada mañana.
Lo dice en serio. Espera un cambio.
Pero con cada día siente más fuertemente:
Las palabras suenan – pero no resuenan.
No tocan nada.
Porque no llegan al cuerpo.
En algún momento deja de hablar.
Simplemente se queda allí.
Se mira.
Y de repente aparece algo que antes había reprimido:
Cansancio. Decepción. Pero también – un atisbo de esperanza.
Se imagina cómo sería haber alcanzado ya su objetivo.
Lo siente.
Y por primera vez realmente siente algo.
No palabras.
No conceptos.
Sino un sentimiento real y vivo.
La ilusión del pensamiento
Muchas personas creen que el cambio comienza en la cabeza.
Con una nueva frase.
Un nuevo mantra.
Un nuevo pensamiento.
Pero los pensamientos sin sentimiento son como música sin sonido.
Permanecen vacíos.
No cambian nada.
Solo cuando un pensamiento se encarna,
cuando no solo lo dices, sino que lo sientes –
entonces comienza el cambio.
El momento del cambio
En el autocoaching EMDR, por lo tanto, no hablamos de la “cognición perfecta”.
Sino del primer pensamiento positivo.
Un pensamiento que no es correcto, sino honesto.
Una frase como:
“He sobrevivido a esto.”
“Ahora puedo seguir adelante.”
“Hoy tengo más posibilidades.”
Tales frases quizás no sean espectaculares –
pero son auténticas.
Y eso marca la diferencia.
Sentir cambia
Lo que vemos en el espejo es solo una imagen.
Lo que sentimos al hacerlo es nuestra verdad interior.
Por lo tanto, la pregunta crucial no es:
“¿Qué piensas de ti mismo?”
Sino:
“¿Qué sientes cuando te miras en el espejo?”
Ahí es donde comienza el verdadero cambio.
No con una frase – sino con un sentimiento.