¿Usted quiere – o solamente desea?
Entre el anhelo y la determinación
En ocasiones, es fácil desear algo.
Una vida diferente, nuevas oportunidades, paz interior.
Los deseos a menudo surgen como pequeñas luces en el horizonte.
Nos calientan, nos dan esperanza, nos muestran direcciones.
Sin embargo, un deseo por sí solo aún no conlleva una decisión.
Desear es suave, soñador, no vinculante.
Nos permite tener esperanza sin realmente actuar.
¿Qué caracteriza al verdadero querer?
Querer es diferente.
Querer es un silencioso sí.
No una resolución ruidosa, no una partida dramática – sino un movimiento interior que es claro.
Cuando usted realmente quiere, entonces entra en relación con lo que anhela.
Está dispuesto a arriesgar algo por ello.
Dispuesto incluso a fracasar.
Querer requiere coraje.
No el coraje de ser perfecto – sino el coraje de ser honesto:
consigo mismo y con lo que realmente busca.
Reconocer el límite sutil
A veces un deseo simplemente permanece como un deseo,
porque sentimos que aún no estamos preparados.
Y eso está bien.
No todo anhelo debe culminar en una decisión.
Pero a veces sólo el miedo se interpone en nuestro camino.
El miedo a lo nuevo, a lo desconocido.
Y a veces ocultamos nuestro verdadero querer detrás del desear,
porque parece más fácil permanecer en el sueño que en el caminar.
El arte radica en ser honesto consigo mismo.
Sentir: ¿Estoy aún en el deseo?
¿O lo que vive en mí ya ha pronunciado un silencioso sí?
Su próximo paso
No se trata de presionarse.
No se trata de juzgarse si aún desea.
Se trata de volverse atento.
Preguntarse a sí mismo:
¿Realmente quiere – o solamente desea?
Y tal vez…
esta única pregunta sea suficiente para poner algo en movimiento.
Muy silenciosamente.
Completamente a su propio ritmo.