En la red del miedo
Pequeña, peluda, de patas largas, repugnante: no son pocas las personas que sienten un escalofrío cuando se enfrentan a una araña. Es difícil escapar de los bichos, sobre todo porque nos los encontramos casi constantemente en los sótanos o en la naturaleza. Según los científicos, cerca de 1,5 millones de arañas viven en una superficie de 4.000 metros cuadrados en Europa Central.
Casi uno de cada diez alemanes padece miedo a las arañas, la llamada aracnofobia. Los expertos sospechan que la gente teme a estos bichos desde hace cientos de años.
A primera vista, la fobia a las arañas parece totalmente inapropiada, ya que en nuestras latitudes sólo hay dos ejemplares capaces de producir heridas dolorosas por mordedura. Según esto, la peligrosidad objetiva de estos insectos desempeña un papel menor en el desarrollo del miedo a las arañas.
Son más bien otros aspectos, como el hecho de que aparezcan aparentemente sin previo aviso y, por tanto, de repente, y que la mayoría de las veces realicen cambios de movimiento imprevisibles y rápidos, los que provocan este miedo a los bichos.
A algunas personas les asusta el hecho de que el cuerpo de una araña no se parezca en nada al cuerpo humano. Pero una experiencia negativa con el animal en la primera infancia también puede provocar fobia a las arañas. Además, los padres desempeñan un papel importante como modelos en la formación de la aracnofobia. Si reaccionan de forma exagerada ante el encuentro con el insecto, enseñan literalmente a su hijo a temerlo.
De dónde viene el miedo a las arañas
La mayoría siente asco, cuya base es innata en todo ser humano y está estrechamente relacionada con las ganas de vomitar y las arcadas. En el pasado, algunas culturas creían que los pequeños insectos podían transmitir enfermedades. Por lo tanto, el asco servía como mecanismo de protección. Según Charles Darwin, se supone que la expresión facial resultante advierte a los demás seres humanos de un peligro potencial. En consecuencia, el miedo a las arañas es también una reacción natural valiosa desde la memoria humana. Tiene por objeto incitarnos a actuar en situaciones peligrosas y, por tanto, puede salvarnos la vida.
En la gran mayoría de los casos, se trata de un miedo no enfermizo a las arañas que va acompañado de malestar y sensación de náuseas. Estas reacciones no son motivo de preocupación, pero pueden limitar gravemente la calidad de vida.
Lea el informe de autocoaching EMDR
Autocoaching EMDR: Heike ya no tiene miedo a las arañas
Informe de coaching sobre autocoaching guiado de una fobia a las arañas no enferma con EMDR y las gafas EMDR REMSTIM 3000 Cuando Heike (nombre ficticio) acudió a mí, tenía
Autocoaching EMDR: Heike ya no tiene miedo a las arañas
Informe de coaching sobre autocoaching guiado de una fobia a las arañas no enferma con EMDR y las gafas EMDR REMSTIM 3000 Cuando Heike (nombre ficticio) acudió a mí, tenía
La fobia a las arañas sólo amenaza con convertirse en patológica si se evita entrar en el sótano, el garaje o el cobertizo del jardín por principio o si el encuentro con los bichos siempre provoca pánico. En estas circunstancias, una mirada más atenta a la propia aracnofobia no puede hacer daño. Una aracnofobia patológica también puede ir acompañada de trastornos del sueño, desmayos o depresión.
Cómo podemos gestionar nuestro miedo
Superar el miedo en el autocoaching EMDR con las gafas EMDR REMSTIM 3000
Cómo podemos desaprender nuestros miedos en autocoaching con EMDR y las gafas EMDR Remstim 3000. Las reacciones de miedo a veces se manifiestan como sensaciones silenciosas, pero lo más frecuente
Superar el miedo en el autocoaching EMDR con las gafas EMDR REMSTIM 3000
Cómo podemos desaprender nuestros miedos en autocoaching con EMDR y las gafas EMDR Remstim 3000. Las reacciones de miedo a veces se manifiestan como sensaciones silenciosas, pero lo más frecuente