Parece demostrado que la pena o la tristeza por sí solas pueden impacientar a las personas. Que aprovechemos la oportunidad para crecer emocionalmente al mismo tiempo depende de cada uno.
Se recomienda precaución a quienes se sientan deprimidos. Sobre todo cuando se trata de decisiones importantes. Porque si hemos de creer a Jennifer Lerner, investigadora de Harvard, y a sus colegas estadounidenses, un estado de ánimo triste subyacente influye en nuestras decisiones monetarias.
Se pidió a unos 600 participantes que decidieran si querían recibir una determinada cantidad de dinero inmediatamente o 3 meses después. Los que se encontraban en un estado de ánimo melancólico preferían el regalo inmediato de dinero con más frecuencia que los que se encontraban en un estado de ánimo neutro; y así aceptaban una pérdida económica.
La tristeza y la melancolía parecen provocar en nosotros un anhelo subliminal de recompensas rápidas, según los científicos. La tesis se ve reforzada por otra investigación. Éste trata de la comida. Mientras los probandos respondían a un cuestionario sobre sus hábitos alimentarios, se les daban dulces. Y he aquí que los participantes de mentalidad neutra o positiva comieron menos dulces que los de mentalidad triste.
Jennifer Lerner se confirma a sí misma y concluye que el dolor y la tristeza nos hacen más propensos a tomar decisiones y actuar de forma impulsiva.
Pero la medida en que vivimos y soportamos nuestros estados de ánimo tristes o nuestra pena, o nos calibramos a veces, depende siempre de nosotros. Entonces, ¿qué hacemos con nuestro estado de ánimo?
Lo importante es comprender que podemos elegir. Gracias a un autocoaching eficaz con EMDR, tenemos la posibilidad de influir en nuestro estado emocional y mental.
Permanecer en un estado de ánimo negativo, con las posibles consecuencias adversas de nuestras acciones espontáneas e irreflexivas resultantes, no es, por tanto, el destino, sino más bien nuestra propia decisión, aunque principalmente inconsciente, de la que debemos ser conscientes y reconsiderar.
A veces puede ser útil sumirse en la tristeza y la melancolía para vivir también nuestros sentimientos y conocernos mejor a nosotros mismos y nuestros estados de ánimo. ¿Sólo cuánto tiempo es razonable? Todos podemos encontrar una respuesta por nosotros mismos. En última instancia, todos deberíamos poder explorar nuestra capacidad de sufrimiento hasta cierto punto. Porque ahí reside precisamente la posibilidad de que todos y cada uno de nosotros crezcamos emocionalmente. Sin embargo, si el sufrimiento o el estrés percibidos amenazan con ser demasiado grandes, puede ser aconsejable intervenir en este punto con una aplicación de autocoaching. Por supuesto, no utilizamos el proceso EMDR clásico, sino la forma “coached” para las sensibilidades cotidianas.
Gracias a la simplicidad del método, una intervención de coaching con EMDR y el REMSTIM 3000 es aplicable en casi cualquier situación para casi todos nosotros (ver información importante).
Seguimos la guía – Auto-coaching con EMDR en 6 pasos. A diferencia del coaching con entrenador, podemos prescindir de las instrucciones del entrenador, que sólo entonces se familiariza con nuestro tema y con cómo nos sentimos. Porque sin duda conocemos nuestros sentimientos y pensamientos en este momento. Y así simplemente decidimos una sesión de autocoaching y empezamos con el tema que más nos mueve en ese momento; y ya estamos en medio del primer paso del autocoaching: determinar el tema.