Cuando falla el sistema de procesamiento de nuestro cerebro
Los seres humanos parecen tener un sistema de procesamiento de la información en el cerebro que se encarga de procesar las experiencias estresantes de forma que la salud mental no se vea afectada negativamente. Cuando a una persona le ocurren experiencias estresantes o desagradables, suele tratarlas intensamente, a menudo hablando de ellas o soñando con ellas. Esto continúa hasta que la experiencia deja de ser inquietante y se produce un estado de ajuste. Junto con los sentimientos adecuados, estas experiencias se almacenan en el cerebro para poder recuperar esta información más adelante. Las sensaciones inapropiadas que surgieron durante el suceso, las falsas creencias sobre nosotros mismos y las emociones físicas asociadas se abandonan y se ordenan en esta forma de procesamiento.
Sin embargo, el sistema de procesamiento puede fallar en este servicio en situaciones especialmente traumáticas y estresantes. Todo lo que la persona afectada sintió, olió, oyó o vio en tan terrible momento suele archivarse en su memoria de forma desorganizada. Sin procesar de este modo, estas percepciones se almacenan -presumiblemente con la ayuda de marcadores somáticos- y pueden reactivarse en un momento posterior mediante un desencadenante menor. Incluso años después de la experiencia traumática, la persona afectada puede sentir como si estuviera allí en ese momento. Tal reexperimentación, que es claramente diferente de un mero recuerdo, puede ser extremadamente agonizante.
Hay que borrar los marcadores corporales emocionales y reintegrar las experiencias
En el contexto de una intervención EMDR, este almacenamiento en la memoria corporal, que tuvo lugar mediante marcadores corporales emocionales (marcadores somáticos), se revierte directamente en el cerebro y se posibilita así el procesamiento de las experiencias traumáticas, combinado con su integración saludable en nuestro sistema de memoria. Al mismo tiempo, el sistema de procesamiento de la información se activa y estimula con este fin.
En la mayoría de los casos, la estimulación de este sistema en el proceso EMDR se realiza con movimientos oculares rápidos. El trasfondo de todo esto es la observación de que nuestro sueño suele incluir al menos una o dos veces un nivel de sueño caracterizado por movimientos oculares rápidos, de ahí su nombre: el llamado sueño REM. Según descubrimientos científicos anteriores, este sueño REM parece ser especialmente importante para procesar material emocional y mentalmente perturbador.
Según la experiencia previa, numerosas secuelas de acontecimientos traumáticos pueden ser indicaciones para el tratamiento con EMDR. Esto se aplica igualmente a los traumas individuales en la edad adulta, sufridos en accidentes o como víctimas de la violencia. Pero también en trastornos traumáticos complejos, como los derivados de abusos en la infancia o en veteranos de guerra, la EMDR puede producir a menudo una mejora de la experiencia emocional.
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El proceso EMDR en 8 fases
EMDR es la abreviatura de Eye Movement Desensitization and Reprocessing (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares ) y fue descubierta por casualidad en 1987 por la psicóloga estadounidense Francine Shapiro.
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